lunes, 27 de enero de 2020

SUPERAR LA CULPA

Foto de Mikoto by Pexels
Es muy difícil para cualquier persona el vivir totalmente libre de culpa. No importa lo cuidadosos que seamos, podemos decir algo equivocado a alguien o hacer algo de lo que luego nos arrepentimos. En esos momentos, es natural el sentir remordimientos. Cuando hemos transgredido alguna norma ética o moral o simplemente hemos cometido un error, el sentirnos culpables es lo que nos lleva a quererlo hacer bien. En ese sentido, la culpabilidad es una herramienta útil porque nos lleva a reparar el daño producido, a arrepentirnos o a disculparnos. Pero ¿te has sentido alguna vez culpable por algo insignificante o por algo que incluso no era culpa tuya?

Una vez que has hecho lo posible por reparar el error, es saludable que continúes y te quites los malos sentimientos. Dándonos un poco de tiempo, normalmente seremos capaces de realizarlo.
De cualquier manera, el problema derivado de la culpa viene cuando:

         1. sentimos demasiada culpa y no podemos seguir adelante
         2. sentimos culpa por cosas de las que no tenemos responsabilidad

CUANDO NO PODEMOS SEGUIR ADELANTE

Mientras que sentirte mal por cosas que has hecho puede ser una respuesta saludable, la culpa excesiva o prolongada puede convertirse en una carga que interfiere en tu vida. Si siempre te estás recriminando sobre los fracasos o errores cometidos, puedes llegar a tener dificultad en sentir alegría cuando deberías.
         1. Podría sufrir tu autoestima
         2. Podrías sentir como que no haces nada bien
         3. Podrías cuestionarte continuamente las decisiones que tomas por miedo a equivocarte de nuevo.
         4. Podrías desarrollar sentimientos de tristeza y desvalorización.

Si crees que los factores nombrados te están afectando, es posible que tengas emociones atrapadas de culpa incluso sin ser consciente de ello. Superar esta culpa y liberar esa energía atrapada puede ser esencial en tu bienestar emocional.

CUANDO NO ES TU CULPA

Algunas veces otras personas tienen la habilidad de hacernos sentir culpables de cosas de las que no somos responsables. Quizás el hacerte sentir culpa fue utilizado por tus padres como una táctica y ahora esa energía emocional atrapada hace que rápidamente sientas esa culpa incluso cuando no has hecho nada equivocado. Quizás estás tan acostumbrada a tomar la responsabilidad de todo que te echas la culpa a tí misma por la manera en que otros te tratan, creyendo que has hecho algo para causar ese comportamiento. Quizás tu jefe es verbalmente abusivo y has aguantado tanta crítica que la has internalizado.

LIBERARTE DE LA CULPA
Este tipo de sentimientos de culpa no son productivos si no todo lo contrario. No importa la causa, si la culpa excesiva te está afectando, quitarla puede ser vital para tu equilibrio emocional. Hasta que no te deshagas de esta energía negativa, puede resultar una tarea difícil para tí el encontrar la alegría. Este sentimiento de culpa u otros relacionados como vergüenza o autoabuso pueden ser los “culpables” de hacerte sentir lo que sientes